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inversiones de 14.333.33 USD por unidad de vivienda, este tipo de viviendas tampoco generan un
hábitat saludable, pues se trata de proyectos básicos de relación de costo por m
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construido, sin
estudios bioclimáticos ni de habitabilidad, donde persisten los problemas de salud identificados en
investigaciones previas a este trabajo (Gómez, González 2016). Entre tanto, para el déficit
cualitativo se destinan inversiones promedio de 5.333.33 USD, las cuales, además, no tienen un
alto nivel de cobertura, debido a los requisitos y procesos de gestión poco eficientes, y que no
integran tampoco estudios de habitabilidad (Lopera, González 2016).
En los estudios preliminares de esta investigación se pudo establecer que, los espacios de la
vivienda que más afectaciones tienen en términos de salud pública son la cocina y el baño, según
una muestra de 150 casos de estudio (Gómez & González). Las siguientes imágenes y gráficas
muestran en detalle las afectaciones presentes en estos espacios:
Figuras 2 y 3.
Estado de algunas de las cocinas de los casos de estudio
Los problemas más recurrentes en los espacios de cocina de las viviendas informales son la
distribución espacial para efectos de funcionalidad, la carencia de acabados y superficies para
facilitar la limpieza necesaria para los procesos de preparación de alimentos, ausencia de
ventilación e iluminación natural y la necesaria disposición de muebles para almacenamiento y
control de utensilios y alimentos. Estas condiciones hacen que las cocinas sean los espacios que
mayor vulnerabilidad aportan a un ambiente de salud residencial, porque confluyen riesgos físicos
y biológicos, que pueden derivar incluso en accidentes graves y muertes accidentales de la
población más vulnerables, constituida principalmente por ancianos y niños.