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urbes, que generan un “domo” sobre la atmósfera impidiendo el equilibrio térmico con relación al
de la región. Temperaturas por encima o debajo de las bandas de confort tienen un impacto
considerable en el consumo de energía para calefacción y enfriamiento en edificios, así como en
el incremento de la polución (SANTAMOURIS et al., 2001). En tercer lugar se debe considerar el
uso del suelo y el nivel socioeconómico de la población, factores que perfilan el consumo
energético y pueden marcar diferencias importantes para la evaluación de la sostenibilidad.
Estudios han demostrado que el sector residencial en países desarrollados consume más energía
que los sectores comerciales e industriales (UN-HABITAT, 2011). En países en vías de desarrollo,
en cambio, esta relación puede variar de acuerdo al uso de tecnologías y factores sociales.
2. OBJETIVO DEL TRABAJO
Este artículo hace una propuesta metodológica para el desarrollo sistemático de indicadores para
la evaluación de la sostenibilidad energética en barrios urbanos de América Latina enfocada a la
fase operacional, pues es en ésta en donde se generan más del 80% de emisiones GEI (LUCON
et al., 2014).
3. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
La metodología utilizada se basó en la hoja de ruta para la definición de indicadores propuesta por
Orellana y Cárdenas (2014) descrita en los siguientes pasos: 1) definición de los objetivos del
modelo, 2) revisión de fuentes secundarias, 3) talleres de propuestas de indicadores, 4) lista de
indicadores potenciales, 5) evaluación cualitativa de indicadores y, 6) lista de indicadores
consensuada. Para definir los objetivos del modelo se hizo una revisión bibliográfica de: (i)
artículos e informes científicos para definir los componentes relevantes en la medición de la
sostenibilidad energética a escala barrial y los escenarios, y (ii) los indicadores desarrollados por
los miembros de la red de comunidades Urbanas Energéticamente Eficientes (URBENERE). La
primera se basó en las siguientes cadenas de búsqueda: “
sustainable energy”, “sustainable
energy indicators”, “sustainable assessment of energy”+”neighbourhoods”, “energy indicators” +
”neighbourhood” y “sustainable neighbourhoods
”. Además se revisó las dimensiones de la
sostenibilidad del ambiente construido propuestas por BERARDI (2015). Una vez sistematizada la
información se definieron los objetivos del modelo enmarcados en cinco dimensiones: espacio
construido, ambiente natural, sistemas urbanos, entorno institucional y calidad de vida. Además se
acordaron diez temas, distribuidos en los objetivos, alrededor de los cuales se ordenaron los
indicadores. Así mismo, se hizo la revisión de fuentes secundarias en razón de que en la literatura
no se identificaron sistemas de evaluación de la sostenibilidad de barrio enfocados únicamente al
tema de eficiencia energética en la fase operacional. Con esta información se hizo un taller
multidisciplinar, a nivel local, con expertos en diferentes áreas de la energía, con la finalidad de
evaluar la lista de indicadores existente. Este proceso permitió desechar aquellos que no podían
traducirse a escala barrial, los que no aportaban información para la descripción general de la
sostenibilidad energética y los aplicables solo en la fase de proyecto, rehabilitación y/o
desmantelamiento. Este proceso permitió definir la lista potencial de indicadores que fue valorada
por un grupo multidisciplinario de expertos, locales e internacionales, en áreas de energía, agua,
residuos, arquitectura, movilidad y administración pública, así como expertos en la elaboración de
indicadores para la eficiencia energética. Los criterios de valoración fueron siete: 1) Disponibilidad:
los datos básicos deben estar disponibles, ser de buena calidad, de fácil obtención y no tener
restricción de ningún tipo: 2) Costo-efectividad: se debe garantizar la posibilidad de cubrir los
costos del indicador, su medición, monitoreo y sostenibilidad en el tiempo; 3) Simplicidad: se debe