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America, which allows looking, measuring and comparing diverse and distant realities in the
operational phase of neighborhood’s lifecycle. A conceptual proposal based on literature review
and criteria from other collaborators research groups was developed. An initial list of criteria was
defined and classified by measurement areas: built environment, natural environment, urban
services, institutional participation and quality of life. A multidisciplinary group of experts qualified
the relevance of these criteria for Latin American neighborhoods, based on seven principles:
availability, cost-effectiveness, simplicity, representativeness-validity, sensitivity, independence
and, priority-utility. As a result, a list of recommended criteria indicators was obtained. The main
concern of the experts was the possible lack of updated information and the cost of obtaining it. In
addition, it was surprising that most experts did not consider relevant behavioral indicators that
could enable the transition to energy consumption habits and conduct towards energy efficiency.
However, this multidisciplinary approach represents a great potential for understanding the
complexity of energy sustainability.
Keywords:
Energy sustainability; energy efficiency; sustainable neighborhoods; criteria system;
urban neighborhoods.
1. INTRODUCCIÓN
1.1 Antecedentes del trabajo
Ante el inminente desafío de mitigar los efectos del cambio climático, gobiernos a nivel mundial
han firmado acuerdos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero - GEI (UN-
HABITAT, 2011), promover el uso de energía no contaminante y sostenible, adoptar estilos de
vida en armonía con la naturaleza, y promover el consumo y la producción sostenible de modo
que se pueda garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y la calidad de vida de la población.
Sin embargo, no siempre se ha definido con claridad los mecanismos de aplicación de estos
acuerdos. Las emisiones GEI provienen de diferentes sectores económicos y, de acuerdo al
reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático (IPPC, 2014), el sector
de la edificación consume un 32% de la energía final global, comprende el 6,4% de emisiones
directas totales y es el que más aporta con emisiones indirectas producidas en el uso final de
energía. Esta realidad resulta crítica pues se prevé un incremento de 2,5 millones de población
urbana hasta el 2050, la expansión urbana en el orden del 310% en el periodo del 2000 al 2030,
el aumento de la migración de población a las urbes, el incremento de ingresos y el cambio de
estilos de vida. Particularmente en el caso de América Latina, este tema es emergente pues para
el 2050 el 86% de su población vivirá en ciudades (UNITED NATIONS, 2015). Con estas
dinámicas se prevé que el sector de la edificación, para mediados del siglo, duplique y hasta
triplique el consumo de energía de uso final global y aumente de un 50% a 150% las emisiones
GEI (IPPC, 2014).
Dentro de este panorama, alcanzar la eficiencia energética en las ciudades constituye un objetivo
para lograr la reducción de emisiones GEI y disminuir el consumo de recursos no renovables. Las
estrategias basadas en acuerdos internacionales deberán promover planes de acción
fundamentados en el conocimiento profundo del estado actual de las ciudades con respecto a la
sostenibilidad. Esto implica entender la complejidad urbana, el cómo los diferentes factores y la
interacción entre ellos impulsan u obstaculizan la mitigación de estos procesos, y evaluar la
sostenibilidad energética en diferentes contextos. En este sentido, desde los años 90s
herramientas, como los sistemas de indicadores, han sido desarrolladas para el análisis de la
eficiencia energética, enfocándose inicialmente en el edificio y actualmente también en el barrio y
la ciudad; pero, pese a los avances realizados, estas herramientas presentan limitaciones