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apuntando a residuos agroindustriales (RIVAROLA et. al., 2006) (PANDEY; NEMA, 2004)
(DESIRELLO et. al., 2004).
Las evaluaciones realizadas (PICCIONI et. al, 2013) hasta el momento, indican que pueden
producirse elementos constructivos tales como bloques y placas mediante la aglomeración de los
residuos de desmote del algodón con cemento, presentando éstos adecuadas propiedades
mecánicas, bajo peso específico y reducida conductividad térmica.
No obstante, si bien es posible efectuar esta producción con los residuos en su estado natural, se
verifica que las propiedades mecánicas mejoran cuando el residuo recibe tratamientos previos, y
este cambio en el comportamiento se puede relacionar con la compatibilidad existente entre el
cemento y los residuos del desmote.
Se sabe que los azúcares, lignosulfonatos, hemicelulosas, almidón, fenol, entre otros compuestos
comunes en los materiales celulósicos, llamados "venenos para el fraguado de cemento" pueden
catalizar como membranas impermeables alrededor de los granos de cemento, evitando que se
produzcan las reacciones de hidratación y provocando la inhibición o retraso de fraguado del mismo
(NEVILLE, 1998). Además se cree que estos retardadores naturales pueden modificar el desarrollo
de cristales o su morfología en caso de ser absorbidos por la membrana formada en la hidratación
del cemento y retrasar de este modo el crecimiento de los núcleos de hidróxido de calcio, formando
de esta manera una barrera más eficaz para la hidratación.
Las técnicas más utilizadas para optimizar la interacción entre residuos lignocelulósicos y el
cemento fueron propuestas por Simatupang et al. (1988) y consisten en procesos de
envejecimiento, extracción de los inhibidores en soluciones acuosas, utilización de aceleradores,
secado de la biomasa vegetal, aplicación de recubrimientos sobre las partículas vegetales y la
mineralización de partículas vegetales.
En cuanto a los tratamientos en soluciones acuosas, que son los utilizados en nuestro estudio, se
sabe que en su mayor parte las sustancias contenidas en la biomasa son extraíbles en soluciones
y que la eficiencia del proceso depende de la naturaleza de los residuos. Adicionalmente, se deben
considerar factores como el pH de la solución, la temperatura y duración de la inmersión
(BERALDO; BALLERINI, 2007).
En lo referente al pH de la solución, los resultados obtenidos por diversos investigadores son
controvertidos, pero la biomasa vegetal tiene una naturaleza ácida, mientras que durante el
fraguado del cemento se genera un ambiente básico. Por lo tanto las soluciones alcalinas son más
adecuadas para este proceso y entre ellas las más utilizables son los hidróxidos de calcio y de
sodio. También se debe tener en cuenta la necesidad de eliminar un posible exceso de sustancias
adheridas a las partículas (BERALDO; BALLERINI, 2007).
Así, para un contenido de cemento dado, la variación en la resistencia a la compresión debido a la
extracción de los inhibidores en soluciones acuosas, se debe principalmente a una mejor hidratación
del cemento causada por la minimización de los efectos inhibidores de la materia orgánica y la
mejora en la interfase entre la pasta de cemento y los residuos (PICCIONI et. al, 2013).
La evaluación del comportamiento de estos residuos en presencia de cemento puede ser efectuada
de dos maneras distintas, una alternativa es cuantificar los parámetros de la curva de hidratación
de la mezcla y otra es analizar el comportamiento mecánico del compuesto (BERALDO; BALLERINI,
2007).
En este trabajo se analizan las modificaciones que producen los tratamientos en soluciones acuosas
sobre el residuo y la implicancia de estas modificaciones en el comportamiento físico y mecánico
de los aglomerados obtenidos. Asimismo, dado que al variar los equipos desmotadores se obtienen
residuos con características diferentes, se analiza también la influencia de estas tipologías sobre el
comportamiento de los aglomerados.