Ecologia Integral: abordagens (im)pertinentes - volume 2
Ecología Integral a la luz de la justicia ambiental y la justicia anamnética 97 El caso más paradigmático del movimiento contra el racismo ambien- tal 5 tiene lugar en 1982, en Afton, condado de Warren Country, en Carolina del Norte, habitado en su mayoría por familias de raza negra. La decisión de instalar un vertedero de policlorobirenilo produce una fuerte oposición de los lugareños, que da lugar a protestas pacíficas, apoyadas por líderes de la Iglesia United Church of Christ (UCC) y por algunos grupos de defensores de los derechos civiles de la región y de otras partes del país. Unas quinientas personas son detenidas en los disturbios. Entre ellas están el Rev. Benjamin Chaves, Jr. Director de la UCC Commission for Racial Justice, el Rev. Jo- seph Lowery, líder de la Southern Christian Conference, Floyd McKissick del Congress for Racial Equality, Louis M. Gibbs, uno de los principales or- ganizadores del Love Canal Homeowners Association y otras personalidades con experiencia de apoyo en problemáticas similares (NOVOTNY, 2000, p. VII). Chaves hace público en todo el país esta situación y comienza a usar la expresión de ‘racismo ambiental’ en sus denuncias. Hay repercusiones en otros lugares, como Los Angeles, Nueva York, Houston, Chicago, etc., que padecen problemáticas parecidas. Este puede considerarse el origen del actual movimiento de justicia ambiental (MERLINSKY, 2017, p. 9). Lo vivido en Warren Country impulsa nuevas investigaciones que es- tudian la relación entre raza, pobreza y problemas ambientales. En 1983 US General Accounting Office realiza un estudio donde se demuestra que tres de cada cuatro de los vertederos de ocho estados del sur de Estados Unidos están ubicados en lugares con mayoría afroamericana, a pesar de que solo suponen el 20% de su población total. Muestra también que más del 25 por ciento de los habitantes que viven en zonas de vertederos son pobres (BULLARD; JOHNSON, 2000, p. 556; NOVOTNY, 2000, p. VII). En 1986 el Rev. Chaves hace una investigación sobre la relación de estos tres factores: Toxic Waste and Race in the United States: A National Report on the Racial and Socio-Economic Characteristics of Communities with Hazardous Waste Sites , que se publica en 1987 donde muestra que la raza es una de las variables más importantes para elegir los lugares para la instalación de plan- tas de residuos peligrosos; más, incluso, que la pobreza, el valor de la tierra o el valor de la vivienda. 5 Bullard y Jhonson lo definen como cualquier política, práctica o directiva ambiental que afecta o perjudica de manera diferenciada (intencionada o no) a los individuos, grupos o comunidades basadas en la raza o el color (Cf. R. BULLARD y G. S. JHONSON, 2000, p. 559). La traduc- ción es nuestra.
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