Ecologia Integral: abordagens (im)pertinentes - volume 1
Ecología Integral y Metas del Milenio: repensar el Oikos Global desde el Cuidado y la Responsabilidad 157 quisito la construcción de la paz (Castro Quiroga, 2017). Desde la ética de la compasión, el vivir-con que construye comunidad y relación armónica con el ambiente es una herramienta para revertir la afectación generada por importantes factores anticompasivos representados por la violencia armada –que en muchos países afecta o ha afectado a personas, familias, comunida- des, territorios, ambiente—pero también por la indiferencia, el relativismo y el hedonismo como formas de no reconocimiento de la interdependencia. Desde la noción de interdependencia constructiva, por una parte, se replantea la vigencia del concepto de bien común, incorporando también en su contenido el bien de las generaciones futuras “como cuestión básica de justicia, ya que la tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán” (LS, 159). Por otra parte, en el mismo sentido desde la Ecología Integral se amplía el concepto de prójimo, incluyendo a las generaciones por venir, cuyos derechos a un planeta habitable en el próximo futuro necesitan que en el presente se cumpla con el imperativo del cuidado y se cumplan de acciones efectivas para ello. Hans Jonas, con sus análisis en El Principio de Responsabilidad (2009), había propuesto ya tomar muy en cuenta a las ge- neraciones futuras. En la Encíclica Laudato Si’ queda planteada con fuerza la necesidad de proponer una serie de valores en torno a los cuales, con los aportes reflexivos de las diferentes tradiciones éticas, sea posible alcanzar consensos a través del diálogo. Diálogo entre los científicos, entre los países, entre las religiones, dado que, “para afrontar los problemas de fondo, que no pueden ser resuel- tos por acciones de países aislados, es indispensable un consenso mundial [abarcando también a las religiones] orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres y a la construcción de redes de respeto y de frater- nidad” (LS, 201). La ética del diálogo replantea la posibilidad de una con- vergencia de las tradiciones éticas en la vía de alcanzar consensos que tengan una eficacia legislativa y política. Se trata de definir, desde las diferentes sensibilidades éticas, ciertos mínimos éticos ecológicos sobre cuestiones que afectan a todos los habitantes del planeta y que plantean la posibilidad de avanzar hacia una ética común o, como lo planteó en su momento Nolbert Bilbeny (2009), una ecoética global. En la medida igualmente en que esa éti- ca común recoja aportes de diferentes sensibilidades éticas, tradiciones cul- turales y diversas áreas geográficas, el problema de los consensos de mínimos planteado por la Laudato Si’ involucra igualmente el diálogo intercultural y la posibilidad, avanzada ya en varias propuestas contemporáneas, de una ética intercultural (Fornet Betancurt, 2014; Salas Astrain, 2016).
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