Ecologia Integral: abordagens (im)pertinentes - volume 1
Ecología Integral y Metas del Milenio: repensar el Oikos Global desde el Cuidado y la Responsabilidad 151 La Encíclica Laudato Si’ y la Ecología Integral Con un alcance de universalidad y desde mayores niveles de credibi- lidad y confianza, el discurso teológico ha asumido los diversos niveles de la problemática ecológica, dándole un sentido de mayor profundidad y al mismo tiempo de cercanía real con las personas y comunidades, en especial aquellos que son más afectados por las agresiones al ambiente. Esa asunción se ha hecho, por una parte y dentro de la Doctrina Social de la Iglesia Ca- tólica, desde una larga tradición de crítica a una economía sin ética y sus efectos negadores de la vida y de la dignidad de las personas, centrada en el lucro, negadora de lo moral y, especialmente, a la economía depredadora al mismo tiempo de lo social y del ambiente. Algunos ejemplos de ello son, entre otros, las Encíclicas Quadragesimo Anno (1931) de Pio XI, Mater et Magistra (1961) de Juan XXIII, Centesimus Anno (1995) de Juan Pablo II, Cáritas in Veritate (2009) de Benedicto XVI y, más recientemente, Lauda- to Si’ (2015) del Francisco, especialmente dedicada al Cuidado de la Casa Común. De igual manera, en la base de los enfoques alternativos que permitan superar el poder depredador de las economías sobre el ambiente, se encuen- tran numerosos estudios y experiencias sobre la recuperación o construcción de una economía para la gente y para la Casa Común, enfocados en una economía de comunión (Lubich, 2019; Pelligra y Ferrucci, 2019; Caravag- gio, 2018), una economía de la reciprocidad (Carranza Barona, 2013) o una economía del bien común (Felberg, 2014; Zamagni, 2012). Ambas trayectorias de reflexión, compromiso con la sociedad, pro- puestas, resultados y testimonios convergen en la Ecología Integral pro- puesta en la Laudato Si’ en la que se rechazan los graves efectos sociales y ambientales de las economías que sitúan el interés del mercado por encima del desarrollo humano y la inclusión, el crecimiento sin límites o el “some- timiento de la política ante la tecnología y las finanzas” ( Laudato Si’, 54; en adelante LS). Todo ello constituye un escenario y al mismo tiempo un desafío y una interpelación para mayores niveles de aplicación de lo que el Papa Francisco llama Justicia Socioambiental (Francisco, 2015), que incluye la ecología, así como también el respeto a la diversidad cultural, dentro del concepto de justicia compleja. Todas y cada una de las mediaciones de la sociedad --empresas, uni- versidades, gobiernos-- están llamadas a orientar su labor hacia la justicia. El papel de la educación es de una importancia espacial, pues, como lo señala
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